viernes, 4 de octubre de 2013

MT5. Semper Fidelis

Nada más entrar los aguerridos ciudadanos en la sala 457C un sonido mecánico se escucha y una voz eufórica suena por los altavoces -¡Larga vida al Administrador!.

Nuestros cuatro valientes se cuadran:
-¡Larga vida!-grita Jeeves.
-¡Largaaaaaaa!- estalla eufórico Aubrey.
-¡Larga vida!-dijo Hank (la verdad que el abanico de posibles respuestas era limitado).
-¡Larga vida al Administrador!-culminó Eldeir.

Pero que chicos más educados, especialmente Jeeves, que ahora parece muy receptivo a acatar órdenes, nada que ver con el de hace unos minutos.

La sala sigue el modelo aséptico, frío y gris de sus predecesoras. Todo el dinero que se invertía en armamento  y tecnología parecía el que se ahorrasen por un buen interiorista, que vamos, tampoco era necesario estar en la cima del diseño, pero pasar de habitación a habitación casi sin darte cuenta pues se hace algo monótono. Lo que rompía la monotonía eran los tres capas de cristal blindado que había entre el hombre en el otro extremo de la sala y ellos. También la docena de guardias que escoltaban a la figura mistoriosa.

-Soy Bill, responderéis ante mi de ahora en adelante, a continuación os mostraré un video que hemos conseguido realizar sobre las técnicas que utilizaron los asesinos.

Todas las luces se apagaron, fundido en negro. La tensión era ya algo físico, había cobrado vida, se erguía sobre dos patas y te daba un buen saludo "¿Qué tal te encuentras ciudadano?", así se sentían. Un pantallazo en blanco les volvió a la cálida realidad, aunque sus ojos no estaban tan agradecidos, especialmente los de Jeeves, que acaban de recuperar su natural tono marrón aunque seguían sin estar acostumbrados a ver la vida sin unas lentes especiales.

El vídeo no les dejo dudas, eran unos auténticos profesionales. Habían empleado unas tácticas de sigilo equivalentes a las de no bajar el perro a pasar, "olvidar"tender la colada o cómo llegar a casa tarde con tacones sin que se enterara todo el bloque de edificios, unos jefes vamos, los reyes de la oscuridad. Si la oscuridad fuera una mujer mayor podría decir aquello de "estoy orgullosa". Las armas utilizadas eran unas espadas de poco más de un metro,y extremadamente mortíferas, lo que corrobarían sin ningún problema las víctimas que dejaron.

Habían escuchado unas pequeñas sonidos mientras la cinta se reproducía, pequeñas interferencias, o eso pensaban, porque al acabar el metraje y volver la luz comprueban que todos sus superiores están abatidos. Los guardias ni tan siquiera han conseguido realizar un disparo, y el bueno de Bill agoniza en una esquina de la habitación, señala una portilla de mantenimiento y cae muerto. Todo muy poético vaya.

¡ALARMA, ALARMA! INTRUSOS, DEBEN SER EXTERMINADOS. MUERTE AL TRAIDOR.

Los cuatro se lanzan directamente al interior del túnel, no se sabe muy bien si para perseguir a los asesinos o para no tener que explicar qué demonios ha sucedido. Es estrecho, apenas caben en fila de dos con comodidad, tan estrecho como una profesora de ciencias en un colegio religioso.

Unas figuras parecen verse al final del túnel, aunque no se aprecían con claridad parecen cuchichear algo, estan embozadas en trajes negros.

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